Nueva Orleans es famosa por su gastronomía, su jazz, su carnaval de máscaras, su herencia multicultural y su belleza arquitectónica, pero esta ciudad de Luisiana, EE.UU., también tiene su lado siniestro. El turista que visite Nueva Orleans no se sentirá defraudado si entre bocados de jambalaya y platos de ostras se aventura por las calles de esta misteriosa ciudad en busca de aventuras extrasensoriales.

Para muchos, la palabra vudú es sinónimo de Nueva Orleans, y no es de sorprender, ya que el vudú se lleva practicando en esta ciudad desde hace casi 200 años. Se dice que el vudú se originó en el renio africano de Dohomey. Los africanos creían en el dios Zombi, que según ellos había sido una serpiente a la que se le había concedido el privilegio de observar a los primeros habitantes de la tierra, de ahí la presencia de las serpientes (Dambalah) en las ceremonias de vudú. En vez de invocar malos presagios, como en la tradición judeocristiana, la serpiente para el vudú se considera una fuerza omnipotente que imparte actos de Dios. Muchos de los africanos procedentes de Dahomey fueron transportados a las Indias Francesas Occidentales como esclavos, y trajeron con ellos la religión vudú.

Una de las ceremonias de vudú más importantes tiene lugar el 23 de junio (víspera de San Juan) y algunos testigos de antaño alegaron haber visto a hombres y mujeres desnudos, presos del frenesí, danzando en torno a hogueras y a un calderón en el que hervían gallinas, ranas, gatos negros, y por supuesto serpientes. (Incluso existe la creencia de que se habían sacrificado bebés robados, pero esto nunca se ha podido verificar con seguridad). La reina del vudú que casi siempre era una mujer de color, pero nunca una esclava, presidía esta ceremonia con una serpiente enrollada en el cuerpo, mientras el resto de los participantes danzaba al ritmo de los tambores.

El Museo del Vudú se halla en el corazón del barrio histórico Vieux Carré. Su interior angosto, oscuro y con olor a rancio es el enclave perfecto en el que se alojan artefactos de lo oculto procedentes de todas partes del mundo. Desde este museo salen recorridos turísticos a una farmacia donde se venden pociones mágicas y en el mismo museo hay médiums que predicen el futuro y que realizan rituales de vudú.